Ingredientes:

2 tazas de harina de trigo

1 taza de queso rallado (mozzarella, cheddar, parmesano o una mezcla)

1/2 taza de leche

1/4 taza de mantequilla derretida

1 huevo

1 cucharada de polvo para hornear

1 cucharadita de sal

1/2 cucharadita de azúcar

1/4 cucharadita de pimienta negra (opcional)

1 cucharadita de ajo en polvo (opcional, para un toque extra de sabor)

Instrucciones:

Precalentar el horno:
Precalienta a 180 °C (350 °F) y engrasa una bandeja o cúbrela con papel pergamino.

Mezclar los ingredientes secos:
En un bol grande, tamiza la harina, el polvo de hornear, la sal, el azúcar, la pimienta y el ajo en polvo. Mezcla bien.

Agregar el queso:
Incorpora el queso rallado a la mezcla de harina y mezcla para que se integre de manera uniforme.

Preparar los ingredientes líquidos:
En un bol pequeño, bate el huevo y agrégale la leche y la mantequilla derretida. Mezcla hasta integrar.

Unir la masa:
Haz un hueco en el centro de los ingredientes secos y vierte la mezcla líquida. Remueve con cuchara de madera o con las manos hasta obtener una masa húmeda y suave (ligeramente pegajosa).
👉 Si está muy seca, añade un poco más de leche, de a cucharadas.

Formar los pancitos:
Con las manos ligeramente enharinadas, toma porciones de masa y forma bolitas del tamaño de una nuez. Colócalas en la bandeja dejando espacio entre ellas.

Hornear:
Hornea de 12 a 15 minutos, o hasta que estén dorados por arriba. Al tocarlos deben sentirse firmes, pero suaves.

Enfriar y servir:
Deja reposar unos minutos sobre la bandeja antes de servir. Son más sabrosos recién horneados, cuando el queso aún está fundido.